Adiós a la comida en mal estado: el nuevo invento que te avisa cuando está a punto de estropearse

El Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales de la Universidad de Alicante ha creado un sensor que se coloca en los alimentos y que cambia de color cuando se están estropeando. 

El desperdicio de alimentos es uno de los problemas más graves que enfrentamos a nivel global. Solo en España, se calcula que se tira 1,7 millones de kilos de comida, en muchos casos, porque los productos se estropean antes de que se utilicen. Además, consumir alimentos que están en mal estado es peligroso.

Por eso, con el objetivo de aumentar la seguridad alimentaria y, también, de luchar contra este despilfarro, un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA) ha desarrollado un dispositivo que va a revolucionar la forma en que gestionamos los alimentos, ya que este sensor detecta si están o no en mal estado y cambia de color para avisar.:27

¿Cómo funciona este sensor?

Este sistema, basado en un sensor transparente y biodegradable que está hecho con restos de naranja sanguina y remolacha, ha sido creado por el Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales de la Universidad de Alicante.

La clave del sensor está en que este sensor cambia de color en función de las variaciones químicas que ocurren cuando los alimentos comienzan a descomponerse. Cuando los productos están frescos, el sensor mantiene un color rojo o rosado; sin embargo, si vemos que está de color verde o amarillo, es la señal de que hay que tirar el alimento porque su consumo ya no es seguro.

Este cambio de color se produce porque los investigadores han conseguido extraer sustancias químicas como polifenoles y antocianinas a partir de la piel y la pulpa de la naranja sanguina y de la remolacha. Las antocianinas, que son antioxidantes, reaccionan a los cambios en el nivel de acidez, lo que permite controlar si alimentos como el pollo, el pescado o el marisco se están echando a perder.

Además, las betalaínas de la remolacha también responden a cambios en la acidez y la temperatura, lo que ayuda a saber si los alimentos han sufrido un cambio de temperatura durante su transporte que haya afectado a su frescura.

La creación y desarrollo de esta tecnología alimentaria ha sido posible gracias al grupo científico de la Universidad de Alicante, coordinado mano a mano con la Universidad Politécnica de Valencia y está financiado por la Agencia Estatal de Investigación y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Evitar el desperdicio alimentario

Uno de los mayores beneficios de este invento es su capacidad para  reducir el desperdicio de alimentos.

Con este sensor, los consumidores pueden tener un control mucho más efectivo sobre el estado de los alimentos, lo que les permitirá darles salida antes de que se estropeen. Esto se traduce en menos desperdicio y, por ende, en un ahorro de dinero, ya que se reduce la cantidad de alimentos que terminan en la basura.

Fuente: 20minutos

Para cualquier consulta, ponte en contacto con nosotros:

seguridadalimentaria@tecoal.net
682 34 21 41