Limpieza y desinfección en establecimientos alimentarios: formar es prevenir riesgos y costes.
Es evidente que la correcta limpieza y desinfección es uno de los factores clave para garantizar la seguridad alimentaria en establecimientos donde se preparan y sirven comidas. La formación continua del personal encargado de llevar a cabo y registrar las tareas de limpieza y desinfección realizadas es una de las herramientas más eficientes para prevenir riesgos de seguridad alimentaria.
Limpieza y desinfección en establecimientos alimentarios
Es importante comprender que las operaciones de limpieza y desinfección en establecimientos alimentarios deben considerarse como una etapa más del proceso de producción o elaboración y no como una actividad complementaria.
De igual forma, la formación del personal responsable de llevar a cabo las tareas de limpieza y desinfección no es una cuestión complementaria, sino uno de los fundamentos para implementar con éxito el sistema de autocontrol basado en los principios del Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC), cuyo objetivo es preservar la seguridad y calidad alimentaria.
Dado que son muchas las tareas a llevar a cabo para mantener unas condiciones higiénicas adecuadas y que cada establecimiento tiene unas características y unos procesos específicos, es necesario racionalizar, planificar y organizar una estrategia para obtener de forma eficiente unos resultados satisfactorios en limpieza y desinfección. La herramienta ideal para ello es el Plan de Limpieza y Desinfección.
Formar en limpieza y desinfección
Todo el personal involucrado en la limpieza y desinfección de las instalaciones, utensilios y equipos debe estar correctamente formado y capacitado para llevar a cabo sus tareas de acuerdo al Plan de limpieza y desinfección, con eficacia y seguridad.
El personal debe conocer la importancia de la higiene para la seguridad alimentaria, las prácticas adecuadas de limpieza y desinfección en la industria alimentaria, los riesgos implicados en las contaminaciones cruzadas y el uso correcto de los productos y equipos de limpieza y desinfección.
Es importante que la formación se realice de forma periódica, para refrescar y actualizar conocimientos, así como siempre que se produzcan cambios en el Plan de Limpieza y Desinfección o se introduzcan nuevos productos o herramientas.
Asimismo, dado que el nivel de rotación de los operarios de limpieza y desinfección es elevado, cada vez que empieza un nuevo operario es de vital importancia hacerle una formación inicial.
Formar es prevenir riesgos y costes
La formación en limpieza y desinfección en la industria alimentaria es clave para prevenir riesgos y reducir costes desde diversos puntos de vista:
- La seguridad y salud del personal: la formación es crucial para proteger la salud y seguridad de los propios trabajadores, ya que el contacto con productos químicos de limpieza y desinfectantes puede ser peligroso si no se hace un uso adecuado.
- La seguridad alimentaria: los operarios de la industria alimentaria están en contacto directo con los productos alimenticios y las superficies de producción, por lo que si no se siguen las prácticas de higiene adecuadas, hay un alto riesgo de contaminación microbiológica, química o física de los alimentos.
- Mejora de la calidad del producto: Un entorno limpio y desinfectado contribuye a la producción de alimentos de mayor calidad, lo cual puede aumentar la satisfacción del cliente y fortalecer la reputación de la empresa.
- El cumplimiento normativo: la mayoría de las regulaciones y normativas relacionadas con la industria alimentaria exigen un nivel específico de formación en limpieza y desinfección para el personal que manipula alimentos, y su incumplimiento puede llevar a sanciones legales y multas.
- La mejora de la eficiencia: un personal capacitado y consciente de las prácticas más efectivas de limpieza y desinfección, del uso correcto de los productos y equipos, así como de los procedimienos establecidos en el Plan de Limpieza y Desinfección, trabaja de manera más eficiente y efectiva, reduciendo el tiempo dedicado a las tareas, minimizando errores, optimizando los recursos (tiempo, vida útil de los equipos, consumos de agua y químicos) y reduciendo costes.
- Reputación de la marca: una mala praxis en las prácticas de higiene puede derivar en contaminaciones alimentarias y causar incidentes de seguridad alimentaria graves, dañando gravemente la reputación de la marca.
Concienciación sobre el valor de las tareas de higiene: normalmente estas tareas son poco valoradas y apreciadas dentro de la industria, por lo que transmitir a las personas que las realizan la importancia de su trabajo dentro de la globalidad del proceso de producción es crucial para su implicación.
Fuente: Higieneambiental
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